Ayer durante la sesión pasó uno de esos momentos en que de repente veo una posibilidad, una disposición, una abertura.Me recuerdan la imagen de un pequeño brote que se asoma desde una grieta, que se abre el camino, rompiendo la capa protectora del otro. A lo largo del proceso estos momentos son el comienzo de un cambio en la relación terapéutica, marcan un antes y un después.
Puede ser una mirada con una intensidad nueva, una acción conjunta en el piano, un rozar de dedos tocando la guitarra, una sonrisa. Es un momento diferente, especial, que reconozco como el comienzo de algo importante: el revelarse de la persona que está allí detrás, que está dispuesta a mostrarse.
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